Por Brandy Fuller, dietista clínica, Baptist Health Medical Center-Stuttgart
¿Ha estado pensando en cómo comer más sano y mejorar su bienestar? ¿Quiere adelgazar para las próximas vacaciones o busca agregar algo nuevo a la rutina de comidas de verano? Tal vez has estado viendo todos los detalles del nuevo plan de dieta de su amigo en Facebook.
¿Existe un plan de nutrición legítimo que pueda mejorar su salud y posiblemente disminuir su cintura? ¡Sí! ¡No busque más allá de la dieta mediterránea para obtener ayuda con todo esto!
La investigación sobre nutrición recopilada durante décadas revela que el estilo de alimentación mediterráneo puede aumentar la esperanza de vida, mejorar la función cerebral, disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardiovascular, y una variedad de otros beneficios para la salud.
La dieta mediterránea no excluye ningún grupo de alimentos ni se centra en gran medida en ningún nutriente individual. Es rico en alimentos mínimamente procesados como frutas, verduras y cereales integrales.
También incluye lácteos, pescado y una gran cantidad de grasas saludables, en su mayoría monoinsaturadas, como las aceitunas y el aceite de oliva. Todo esto combinado puede resultar en la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo, que son precursores de enfermedades crónicas.
Una mayor ingesta de alimentos mínimamente procesados significa una menor ingesta de alimentos procesados, carbohidratos refinados, grasas trans y bebidas azucaradas. Se puede ver una mayor saciedad debido a una mayor ingesta de fibra y una digestión más prolongada de alimentos ricos en grasas saludables.
Tomar la decisión de probar algunas partes del plan de la dieta mediterránea puede ser tan simple como centrarse en los productos de temporada y agregar aceite de oliva, hierbas y especias. Saltea o asa las verduras rociadas con aceite de oliva y hierbas, luego termina con un chorrito de jugo de limón y una pizca de queso parmesano rallado para obtener una guarnición baja en calorías y muy sabrosa.
Mezcle una ensalada fresca con una mezcla de aceite de oliva, vinagre y jugo de limón en lugar de un aderezo rico en grasas a base de leche. También puede agregar almendras, semillas de sésamo, aceitunas o garbanzos a sus ensaladas como guarnición. Incluya panes integrales, arroz integral y quinua en su carrito de compras y elija pescado como plato principal al menos dos veces por semana. Busque frutas frescas para los refrigerios o ese pequeño detalle dulce al final de su comida.
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